Corredor Fermina Daza
“El viento Caribe se metió por las ventanas con la bullaranga de los pájaros, y Fermina Daza sintió en la sangre los latidos desordenados de su libre albedrío.
A la derecha, turbio y parsimonioso, el estuario del río Grande de la Magdalena se explayaba hasta el otro lado del mundo”.
(Gabriel García Márquez. El amor en los tiempos del cólera. 1985)